martes, 26 de febrero de 2013

The Game.

Advertencia: Sarta de boludeces con el fin sólo de entretener. Se aconseja no tomar (tan) enserio. El grado de veracidad de la nota es directamente proporcional a la cantidad de pitos que te rodean. Hacer caso omiso a las reseñas machistas y simplemente reír. El escritor no quiere bardo y se deslinkea de haber escrito esto.

Nota al pie, que no está al pie, sino arriba de todo: Notese que el autor no entiende una mierda sobre cómo conseguir una mujer y está haciendo esto con pura finalidad de divertirse.

Cómo conseguir una mujer en un esquema simple que mayoritariamente todos los hombres "conocen" o "instintivamente creen entender" a mayor o menor rasgo.

Es decir, "vamo' a ver, cómo hacemo' para garchar".

Paso 1: El acercamiento.

Fichaste. Sí, la re fichaste y de repente te diste cuenta que está más buena que pasarlo a Schumacher en una curva.
Qué vas a hacer? Bueno, acá este paso es algo extraño, requiere de tus dotes como barrilete, y te vas a meter a dártela de Di Caprio y hacer una especie de "Inception".
Cómo en la película. Nos metemos en el inconsciente de la persona. No en sus sueños. Pero a través de tu físico, de tu inteligencia, de la agudez de tus comentarios, de la facha que tirás cuando pasas por enfrente o lo que sea que pienses que a la mina le vaya a llamar la atención.
Después es fácil. Si la mina se acuerda de vos es por algo. (Obvio es más fácil si sos lindo) (Obvio X2 que es más fácil si la mina es tonta, o fácil).

Eso nos lleva al

Paso 2: La excusa.

De qué trata? Y bueno. Es la busqueda y hallazgo de cualquier PELOTUDEZ que te aproxime a la mina. Es decir, buscas cualquier excusa, por más pelotuda que suene.
Vas, y le hablás. De última, si te dice que no, ya fue. No hablarle es como si te estuviese diciendo que no. Entonces procedes al paso 1 pero con otra chica.

Paso 3: Soy simpático.

Acá, vas a versear como el mejor. Sos Becquer fusionado con Darín a la décima potencia.
No hace falta mucho. Simplemente tenés que generar un interés. Sos practicante de esgrima, cantautor, poeta y salvás perritos en el tiempo libre que te queda después de tu pasantía en la escuela de discapacitados.

Mentira, en realidad no es muy importante lo que decís, sino la onda que le pongas, y el interés que generes.
Es básicamente hacer que la mina, haga sinapsis y te relacione con ciertos conceptos básicos suyos. Si le dijiste que sos carpintero (PONELE) andá a saber si de repente, sin querer, hacés que cuando ve una mesa hecha como el orto, se acuerda de vos.

Hacés que existas en su vida de alguna manera insignificante. Le hablás.

Paso 3 y un pelo de rana calva: Le hablás un poquito más.

Ya hicieron su re charla interesante. La que hizo que te enganche. Y de repente. Pum, hablaste 3 días seguidos y te re quiere.

Hiciste que te quiera. Y de paso, "por qué no?" hacemos que la queremos. Total somos unos insensibles.
Le hiciste pensar, con las cosas tiernas que dijiste, que sos un pibe distinto. Que ella es la excepción a todas las reglas que escribí y que todavía no escribí.

Igual si sos lindo, no importa mucho lo que digas. Ella va a estar encantada igual. Casi siempre, Depende mucho y es una curva exponencial a lo lindo que seas.


Paso 4: Te clavo el visto.


Qué sería esto? Y bueno. Las chicas, se chamuyan solas casi, a partir de acá, todo proceso que lleve a que le gustes más, está contenido en sus cabezas maquinales.

Qué carajo quise decir?

Quiero decir. Le dejás de hablar una vez que está enganchada. Ella tiene su dignidad por supuesto y se va a resistir a ser la primera en hablar. (Porque confía ciegamente en los estatutos machistas de nuestra sociedad en la cual el hombre tiene que realizar todo el cortejo y en ese cortejo está incluido comenzar la conversación porque eso inconscientemente para las mujeres es equivalente a demostrar el interés por conversar, ya que abandona ese preconcepto de superficialidad que ellas pretenden decir que no tienen.)

Finalmente (Si le interesás) te va a hablar. Y ella lo va a re disfrutar.
Entre el tiempo que le dejaste de hablar y el que se rindió y te habló. Por su cabeza, pasaron un millón de cosas. Y procesos que no tienen nada que ver con lo lógico.

Antes de pasar a lo siguiente. Es importante darse cuenta que es periódico. Es decir. Vas aumentando el tiempo de respuesta, para que se vaya interesando o para que vaya "añorando" tu respuesta, aún más.

Entonces, si tardas en contestarle. Terminás con excusas tipo "Perdoná, estaba ayudando a meter las bolsas del super". "Estaba ayudando a mi abuela a hacer algo". "Salvaba al soldado Ryan". No importa, tiene que ser algo tierno, y seguramente, más "importante" que hablar con ella porque ojo. Tiene que haber una razón importante para que no le hables. Y si no es importante, está fuera de lo común.

Y en realidad le tardás en contestar porque (Ya sabiendo que es necesario que tardes en contestar) haciendo tiempo en otras minas, chateando, viendo gatos en Youtube, o incluso cagando.

Hacés cada vez más grande la amplitud en las conversaciones y llegás a:

No le hablás y ella estará pensando "Por qué mierda no me habla?", "Qué hice, por qué no me quiere hablar?", "Acaso yo no le importo tanto como para al menos generarle el interés en hablarme?"

Y de repente, ella tiene una epifanía y dice:

"Por qué me importa tanto que me hable o no me hable?" y va a empezar a maquinar, y hacerse la cabeza. Hasta que llega a la conclusión de que le gustas. Y además, de que está pensando todo el tiempo en vos.

Cuestión que cuando hablan, de repente ella es feliz.

Y ojo, eso dura poco porque pierden el interés enseguida, pensá que hay varios hombres hablándole a la vez a ella. Obviamente si vos la viste, otros también la vieron.

Entonces procedes a muchas cosas diferentes.
Desde invitarla a salir. A agarrartela en pedo en un boliche. Y demás boludeces.


EL DILEMA?



El dilema a todos esto es así.

Esto sólo te sucede y te es fácil porque solamente sentís atracción física.

Es muy fácil manipular a alguien cuando no hay sentimientos de por medio.

Y también este es el motivo por el cual siempre las minas terminan con un hijo de puta.


Porque a lo largo de nuestras vidas. Todos fuimos el hijo de puta ese.

Enserio. Consciente, o insconscientemente.

Posta. Sos simpático con un chica, y de repente le re gustas. Pero sólo sos simpático, entonces le hablás esporádicamente y sin querer hiciste el paso 1, 2, 3 y 4 en un super Combo que te dio unos re puntos y te desbloqueó un achievement en la play.

Y como la dejás re colgada y nunca nada se concreta. Sos un forro.

Pero aquí el mayor problema. Y la razón por la cual terminamos como amigos. Y no como el pibe que se la está garchando y que te cuenta de él.

Si te gusta una chica. Te cuesta dejar de hablarle. Si te gusta una chica, te cuesta tirarle el palo cara rota que por ahí le dejó en claro que querés algo más. Y si te gusta una chica. Nunca vas a poder hacer ninguno de los pasos con toda su extensión.

Vas a intentar hacer los pasos. Y te vas a quedar trabado en el paso 2, para siempre. O vas a intentar hacer hasta el 4 no te va a salir, y ella se va a olvidar de vos porque perdió el interés. Y muchas cosas parecidas.

Cómo mierda hacés para encontrar al amor? Y en realidad la cosa es que si te gusta alguien enserio, y le gustas. No necesitás hacer ningún fucking paso y hacés como sentís, como te pinte. Y aunque intentes hacer los pasos. Si a ella le gustas. Da igual, te va a salir bien aunque ejecutes los pasos como el orto.

Nunca te pasó de estar con la chica justo cuando ya no te gusta tanto? Y debe ser porque le dejaste de dar tanta pelota. Y muchos casos similares.


Quiero decir. Esta entrada es una tremenda boludez, pero es graciosa, y te hace pensar.

Esto es algo que los hombres (o al menos mis amigos y conocidos) comprendemos y entendemos.

Y cuando nos friendzonean terminás enojado y hacés cosas como esta nota:

http://soymuynerdyque.blogspot.com.ar/2012/01/la-primera-entrada-en-mucho-tiempo.html

Nada, estaba aburrido e insomnio e hice esto.


Soy Naka, y no te estoy diciendo como debes vivir.








martes, 5 de febrero de 2013

El día más largo.


 Un cuento que escribí hace un tiempo.

No están mis padres. Pienso en todas las personas con las que nunca voy a estar. Pienso en todas las personas que les gustaría estar conmigo, pero nunca lo estarán. No son muchas, río. Leo. Tomo un poco de té.  Leo un poco más. Pienso en el hecho de que no hay otras personas que escriben historias, e incluso si las hubiera, no serían probablemente las personas con mayor probabilidad de ser publicadas. Buscó para hacerme café. Preparo café. Beber en exceso mucho café. No hay más en la jarrita. Pienso en el hecho de que yo soy, posiblemente, técnicamente, hipotéticamente, el mejor escritor del mundo. Asiento con una falsa satisfacción. Sostengo la taza vacía. Pongo la taza en el contenedor azul. Considero la posibilidad de la inutilidad de dicho contenedor azul. Abro la ventana, miro alrededor, tiro la jarrita de café vacía en... Algo. Cierro la ventana. Abro la ventana. Desbloqueo todas las puertas. Abro todas las puertas. Pienso en los animales, las personas que van de allí para no-allí, y cómo, incluso en una habitación vacía, se puede sentir los ojos de algo o alguien mirándote. Especialmente en una habitación vacía. Pienso acerca de cómo mi mundo entero está ahora esencialmente en un cuarto vacío gigante. Estremecimiento. Cierro las ventanas. Cierro las puertas lo más silenciosamente posible. Bloqueo las puertas. Bloqueo las ventanas. Presiono los muebles delante de las puertas. Sacudo la cabeza y río un poco. Lloro en mi cabeza. Me saco el sombrero. Pienso que con el sombrero, nadie me puede leer la mente. Me doy cuenta de lo vulnerable que soy a las miradas. Veo la aureola de polvo que se deja, ahora que los muebles han sido movidos.  Muevo las almohadas y pongo una manta en el suelo. Tiro el sombrero a la distancia. Trato de ir a dormir. “Levántate Lázaro y anda” -me dije. Miro por la ventana a través de las persianas. Trato de decidir qué sería peor: ver la nada, ya familiar, que estaba allí cuando tiré la jarra, o ver algo que luego resulte ser nada. Decido cerrar las cortinas y procedo a silbar. Miro el empaño que queda en el cristal. No estaba bien tapado por las cortinas. Mi guitarra está lejos. No siento ganas.  No hay internet. Maldigo. Maldecir. No es como si me importara si no hablo con ella. Llevo las almohadas y mantas arriba, junto con un  cuchillo de la cocina. Pongo el cuchillo bajo la almohada. Pienso en una escena en la que me defiendo de un ataque en mi cama. Poco probable. Me doy cuenta de lo estúpido que yo sería si mientras duermo, al moverme me corte. Coloco el cuchillo en la mesa de luz. Me acuesto en la cama. Pienso en lo poco que realmente sé acerca de primeros auxilios. Pienso en todas las personas que han estado en la habitación conmigo y ahora simplemente son la nada. Necesito música para distraerme. No puedo. Trato de no llorar. Llorar en mi mente no es llorar. Muevo las cosas de la cama al armario, junto con el cuchillo y una linterna eléctrica. Decido que voy a apagar la luz pronto. Escuchar. Escuchar. Escuchar. No se oye nada. Conciliar el sueño. Son todos iguales .El sueño de descubrir algo que no deberías. Grito. Sólo se escucha mi respiración violenta que lentamente se calma. Todo en silencio. Esperando... algo. Me despierto gritando de nuevo. Pienso en lo fuerte que era el grito. Escuchar. Escuchar. Sostengo el cuchillo con fuerza. Escuchar. Dejo el cuchillo. Tiro una manta sobre mí mismo. Calma falsa. Es mi otro santuario. El primero se está desmoronando…

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